Antonio Salieri es el músico más destacado de la corte del Emperador José II de Austria. Entregado completamente a la música, le promete a Dios humildad y castidad si, a cambio, conserva sus extraordinarias dotes musicales. Pero, después de la llegada a la corte de un joven llamado Wolfang Amadeus Mozart, Salieri queda relegado a un segundo plano. Enfurecido por la pérdida de protagonismo, hará todo lo posible para arruinar la carrera del músico de Salzburgo. Mientras tanto, Mozart, ajeno a las maquinaciones de Salieri, sorprende a todos con su genialidad como músico, pero también con sus excentricidades.
Una película de gran valor porque logra fusionar el arte cinematográfico con la música a través de escenografías y reconstrucciones impecables. La vida de Mozart se narra en el contexto de su rivalidad con Antonio Salieri, cuyos tormentos envidiosos cobran gran protagonismo. Sin embargo, esto no impide que el talentoso director Milos Forman nos muestre a un Mozart igualmente talentoso y juguetón, libertino y travieso, así como libidinoso y derrochador. La música, dirigida por Neville Marriner, adquiere un papel principal.
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