Pulgarcito y sus cuatro hermanos son abandonados en el bosque por sus padres, que ya no se pueden hacer cargo de ellos. Asustados, se adentran en el bosque y van a parar a un caserón. La dueña los avisa: mejor perderse en el bosque que entrar en ese lugar, pues allí habita también un ogro que los podría devorar.
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