Verano en Atenas. Un calor espeso parece suspender la realidad, el estado de excepción se instala en las calles otorgando una espesura irreal al tiempo. Un skater de 16 años se levanta y patina, entre sudores, en una piscina ajena. En otro sitio de la ciudad, un hombre de mediana edad se enfrenta a su opaca vida de turnos de noche y familia indiferente. Según el día avanza, el aire caliente aprieta y la tensión crece palpablemente. El joven del monopatín, entre borracheras, visitas al hospital y desencuentros paternos. El hombre, víctima de una sorda desesperación al contemplar cómo se deshacen sus proyectos económicos y emocionales. Vidas que tarde o temprano colisionarán en uno de esos días asfixiantes que nublan la razón.
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