Visiblemente golpeado por las vueltas que tomó su vida, girando en falso, Daniel regresa a su pueblo. El trabajo escasea, su ex mujer le reclama permanentemente un aporte económico que él no está en condiciones de hacer, las perspectivas en general son poco alentadoras: en este panorama, la preparación para el bautismo del hijo de su hermana, que lo ha elegido como padrino, le dará un modesto propósito, por unos días al menos. Simultáneamente, se instala en su departamento su sobrino mayor, Giovanni, y hay algo de la falta de rumbo del muchacho en lo que ambos parecieran ir reconociéndose de a poco.
Privacidad y cookies: este sitio utiliza cookies. Al continuar utilizando esta web, aceptas su uso.
Para obtener más información, incluido cómo controlar las cookies, consulta aquí:
Política de cookies.