Wendell recibe una llamada: si no consigue un trabajo enseguida, tendrá que volver a prisión. Así que no le queda más remedio que ponerse a las órdenes de Suzanne, una anciana a la que ayuda con quehaceres del hogar. Inesperadamente, Wendell se verá inmerso en una pesadilla, porque Suzanne no es lo que parece: nunca había estado tan confusa, y nunca había estado muerta…
Privacidad y cookies: este sitio utiliza cookies. Al continuar utilizando esta web, aceptas su uso.
Para obtener más información, incluido cómo controlar las cookies, consulta aquí:
Política de cookies.