Después de tres años en el internado, Hanna regresa a su pequeña aldea para ayudar a la carnicería de su padre durante su descanso. Pronto se entera de que no es bienvenida en el pueblo. Todos recuerdan la horrible noticia sobre la muerte de su madre, seguida del descubrimiento de tres hombres muertos en el pantano. Mientras que la superstición gobierna la aldea, todos creen que su madre era una bruja y había atraído a estos hombres al pantano directamente a la muerte. Mientras lucha por hacer amigos, conoce a la extrovertida chica de la ciudad Eva. Pensando que finalmente ha encontrado un amigo, comienzan a ocurrir accidentes a su alrededor. La confianza y el poder de Hanna comienzan a crecer.
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