En 1957, el joven estudiante francés Pierre Duran llega a Moscú para internarse en la universidad más importante de la capital. Allí conoce a una bailarina del teatro Bolshoi llamada Kira Galkina y al fotógrafo Valera Uspensky. Gracias a estos dos amigos, Pierre se sumerge de lleno en la vida cultural de la ciudad, tanto en la oficial como en la underground. Aunque en un año vive más experiencias que en toda su vida pasada, Pierre no olvida el principal motivo de su estadía en Moscú: encontrar a su padre, un oficial que fue arrestado a finales de los años 30.
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