En el norte de Francia, la planta siderúrgica de Ascoval está amenazada de cierre. Los 300 empleados tienen un año para encontrar un comprador. Los trabajadores, la dirección y los dirigentes sindicales se niegan a dejarse abrumar por esta violencia globalizada: la fábrica es nueva, rentable y perfectamente convertible en una economía de desarrollo sostenible. Son las vidas de estos hombres y mujeres y sus familias las que están en juego; su tenacidad y su unión serán su fuerza.
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