Virginidad (2008)

En el mundo moderno, todo se compra y se vende. Literalmente todo. Las portadas de las revistas están llenas de bellezas en ropa de marca. Estas chicas glamorosas te miran a los ojos de manera tentadora: "Compra, compra, compra". Las páginas de la prensa amarilla están llenas de detalles de la vida personal de varias estrellas. El tema más popular es quién se acuesta con quién. Y lo más importante, ¿para qué? "¿Eres joven, hermosa y de piernas largas? Así que véndelo todo, véndelo, véndelo" ...

¿Qué es la virginidad? ¿Tiene sentido conservarlo hasta el matrimonio? Estas preguntas las hicieron las niñas hace unos veinte años.
¿Qué es la virginidad? ¿Por cuánto estoy dispuesto a venderla? Estas preguntas las hacen las chicas modernas.

La película de Vitaly Mansky presenta a tres heroínas, tres jóvenes de provincias. Cada uno de ellos quiere conquistar Moscú. Y cada una tiene su propio plan. Una busca entrar en un programa de televisión de moda y construir el amor con el hombre de sus sueños de niña, dándole simultáneamente a él, y por lo tanto a todos los espectadores, su pureza.

Otra se imagina a sí misma como una nueva Madonna. No, no la Virgen que fue la madre de Cristo. Es Veronica Louise Ciccone, la que se ha convertido en un ícono del sexo pop. O en el peor de los casos, la nueva Britney Spears. Solo que aquí Britney fue tonta: perdió su virginidad e inmediatamente su popularidad cayó drásticamente. Por eso, nuestra heroína protege su virginidad. Este es un gran producto.

Y la tercera niña está dispuesta a vender su virginidad. Por dinero. Y luego va a estudiar. En el Instituto. No importa cuál, siempre que sea el de Moscú. Esto es "Moscú no cree en las lágrimas", solo de una manera moderna.

Cada película debe tener un final feliz, dice el autor al final de la cinta. Y en principio, cada una de las heroínas consigue lo que aspiraba: filmar un programa de televisión, trabajar en un espectáculo de danza y dinero. ¿A que costo? El que se da por tu cuerpo, como en la película. O por el precio de tu alma como en la vida.

La verdad del alma, como ha demostrado la ciencia, simplemente no existe. No importa, puedes vender a tus amigos, padres y algunos "valores eternos". Lo principal es que el precio de estos "valores" es aceptable. Y el comprador no ha cambiado desde la época de Fausto.