A mediados de los 50, Santiago se instala como mayordomo en la mansión de los Moreira Salles y allí atiende con mano exquisita a la sangre azul europea, la vanguardia artística, jefes de estado y hasta un Papa. En 1992, ya retirado, vive recluido en un pequeño apartamento entregado a sus pasiones ( ópera y pintura renacentista) y a escribir el compendio absoluto sobre linajes aristocráticos. Allí lo entrevista Joao Moreira, estrujando con cariño la memoria de quién lo conoció cuando era un niño. Santiago recuerda para él la opulencia de otros tiempos que fueron magníficos y ya no existen.
Privacidad y cookies: este sitio utiliza cookies. Al continuar utilizando esta web, aceptas su uso.
Para obtener más información, incluido cómo controlar las cookies, consulta aquí:
Política de cookies.