Vibol y su hermano Kea venden fideos en un carrito motorizado todas las noches en las calles de Phnom Penh. A menudo enfrentan amenazas problemáticas de mafiosos y ladrones, incluso si estas mismas personas son sus únicos clientes. A medida que la ciudad crece a su alrededor, consideran sus ingresos inestables e imaginan un futuro diferente.
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