The Housemaid (2010)

Así es como debería ser un verdadero "remake". La criada de Kim Ki-young de 1960 todavía se considera una de las películas más fundamentales del cine surcoreano de la posguerra. Este remake es una película completamente diferente a la original, reflejada en tiempo presente. A través de la historia, la original se centró en una de las cuestiones de la época: en la Corea del Sur de la posguerra, que se embarcó en el camino de la rápida expansión industrial y el fenómeno de crecimiento económico que lo acompañó fue también la concentración de residentes en las grandes ciudades (Seúl). La migración de mujeres jóvenes del campo al trabajo y una vida mejor en las áreas urbanas resultó en que la mayoría de ellas terminaran como trabajadoras en el transporte público, como sirvientas en hogares adinerados, o como prostitutas. Por el contrario, el Remake reacciona a través de escenas explícitamente íntimas y conversaciones sexuales abiertas a la "moral" cada vez más relajada en el cine convencional coreano, donde varias escenas habrían sido tabú hace unos años. Paralelamente a esto, también muestra la vida de la clase más rica como moralmente vacía y pervertida. La actriz Jeon Do-yeon en el papel de sirvienta demuestra por qué es considerada una de las mejores actrices coreanas. La película de 2010 se destaca con orgullo por sí misma y no solo como una "moda" a la tendencia actual de remake.

 

Una película austera, psicológica y excelentemente atmosférica con una cuidadora gentil y amable, que se encuentra desafiada mentalmente por la vida en una familia.