Francisco y Margarita se conocieron gracias a un amigo. A él le gustaba grabarla, a ella le gustaba leer. Jóvenes, vitales, y camino a la adultez, empezaron una relación. A los 3 años se fueron de vacaciones a una casa en el lago. Fue ahí donde su relación no se sintió ni tan joven, ni tan vital, ni tan adulta.
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