Mancini tiene que colocar una bomba dentro de las oficinas de un importante banco para destruir algunos documentos que son inconvenientes para un dudoso cliente. Disfrazado como un portero y la bomba activada por un temporizador, se queda atrapado en un ascensor con dos empleados confiados en volver a casa después del trabajo. En una carrera contra reloj, donde la tensión se eleva muy alto, Mancini comienza a darse cuenta de que sus dos socios no pueden ayudarle como es debido.
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