El soplo al corazón (1971)

Francia, 1950. Laurent Chevalier (Benoît Ferreux), de quince años, vive con sus dos hermanos mayores, Marc (Marc Winocourt), de dieciséis años, y Thomas (Fabien Ferreux), de dieciocho años, y sus padres. El padre es un médico exitoso, pero está más interesado en su profesión que en su familia. Sobre todo, ridiculiza a sus hijos. La situación es completamente diferente con la madre de los niños: la bella italiana Clara (Lea Massari) está aburrida en su matrimonio y también se siente controlada por los hábitos de su marido. Clara es una mujer vivaz que cultiva una relación amistosa con sus hijos, especialmente con Laurent, que adora apasionadamente a su madre. En cierto modo, se trata de su inocente "primer amor"... El director Louis Malle y su tierno pero poco sentimental estudio de la adolescencia. La mezcla de humor, ironía y melancolía revela la familiar sinceridad de la juventud y la hipocresía de la edad adulta.

 

La atmósfera del mundo de la adolescencia y los problemas de la pubertad fue filmada de manera muy realista e intuitiva por Louis Malle, lo que definitivamente no es nada fácil y ciertamente merece crédito por ello. Desafortunadamente, durante las dos horas de película, él insinúa una serie de temas (especialmente la relación edípica del niño con su madre, la influencia del ejército y el entorno paramilitar, en crecer durante las guerras de descolonización francesas, extrañas relaciones en la familia, etc) que valdría la pena una investigación más profunda. Sin embargo, el espectador no entenderá eso, y Malle me parece un psicólogo cinematográfico bastante malo. De esta forma "sólo" consigue una muy hábil captura de los acontecimientos adolescentes, complementada con el sentimiento retro de los años 50. La escena final con toda la familia, en el contexto de toda la película, me confirmó que no debía buscar en ella ninguna ironía o ambigüedad, sino solo una guía para entender toda la película: comprender el humor a partir de la mirada del protagonista.

 

El pequeño Edipo esperanzado crece en una familia totalmente disfuncional, pero eso no importa. Sus hermanos son mocosos malcriados, roban a sus propios padres y no tienen respeto por nada, pero eso está bien. Papá está tan absorto en sí mismo que no ve lo que está pasando en su casa, pero está bien. Todos siguen riéndose. Cuando pelean ríen, cuando sufren ríen... Si algo no habla aquí el lenguaje cinematográfico es la dicción dramática. A pesar de la sinopsis innegablemente dramática, la mayoría de edad de Laurent se parece un poco a la historia de cómo Winnie the Pooh encontró un globo naranja.

 

Esta comedia dramática (muy alborotadora) me desarmó con su honestidad y franqueza, para el año 1971 es coraje como un trueno.. El joven Laurent vive con sus hermanos y padres en una burbuja bastante extraña, deja el mundo de los niños y se sumerge en el mundo de los adultos.. Lea Massari y Benoît Ferreux como madre e hijo son deslumbrantes, pero quizás no tuvieron que empujar tanto la sierra en su estrecha relación, eso es el único comentario de mi parte