La vida de Skeeter Bronson (Adam Sandler), un empleado de hotel, se complica cuando, de repente y misteriosamente, los cuentos que lee a sus sobrinos para que se duerman, se convierten en realidad.
En la historia, tenemos a un buen tipo con un buen corazón al que le gustaría llegar a algún lugar en la vida, pero realmente no sabe a dónde, luego está su oponente antipático, el nuevo amor del héroe y un par de personajes secundarios, más o menos divertidos, que de alguna manera flotan a lo largo de la historia solo para dejar espacio al final para la gran lección "sé bueno, no seas egoísta, trabaja duro y tus sueños se harán realidad", que consigue sacar la película por encima de la media incluso en sus momentos más débiles, y los guionistas le conceden de vez en cuando algún tipo de broma simpáticamente cínica e infantil. Además, su espalda suele estar cubierta por la simpática Keri Russell y el desencadenado Russell Brand. Un canapé navideño bastante decente.
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