Friedrich (Uwe Bohm) consigue escapar desde Alemania del Este hacia Alemania del Oeste en los años cincuenta. A su llegada, es recibido con las palabras de Herzlich Willkommen o "cordial y sincera bienvenida". Sin embargo, una vez encuentra un trabajo, lo que Friedrich experimenta es cualquier cosa menos un agradable recibimiento en un empleo en el que ejerce de maestro y consejero para "hijos descarriados" ubicado en un antiguo castillo. La institución está dirigiada por un ex nazi que se dedica a intimidar a los niños.
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