Wallace Avery (Colin Firth) es un hombre de mediana edad divorciado, cansado de su existencia, que decide fingir su propia muerte para asumir una nueva identidad y empezar de nuevo. En esa situación conocerá a una bella mujer, Michaela “Mike” Fitzgerald (Emily Blunt).
Una película bastante aburrida y lenta, animada por las actuaciones de los dos protagonistas. En el camino, aprendemos un poco sobre los personajes, pero no lo suficiente como para empatizar realmente con ellos. Sólo sabemos que son infelices. Sabemos que el hijo de Wallace lo odia porque no estuvo ahí para él, pero no sabemos por qué o qué pasó entre ellos, o qué le pasó a su ex esposa y por qué su novia no está feliz.
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