El fuerte viento en la costa norte de Oahu (Hawaii) nunca cesa. Mueve constantemente las hojas que están afuera de la casa de Masao, ofreciendo un balsámico trasfondo sonoro. La naturaleza es a la vez una fuerza impulsora y un indicador espiritual; cuando Masao está en plena forma, sus plantas florecen; cuando una enfermedad terminal aparece sin previo aviso, se marchitan y mueren. Los sonidos ambientales de la isla -olas, viento, pájaros- conforman un ecosistema único para plasmar la actual gentrificación de Honolulu.
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