Nuestro sistema socioeconómico está siendo cuestionado cada vez más, y con él, el papel que juega la escuela actual, cuyos patrones de pensamiento provienen directamente de la industrialización, cuando se trataba de formar a personas que funcionasen como mano de obra en un proceso mecánico de fabricación. Aunque los contenidos hayan cambiado y la escuela haya dejado de ser un lugar autoritario, la fijación de pruebas estandarizadas domina las aulas más que nunca. El rendimiento y la meritocracia se han convertido en la medida de todas las cosas, como una especie de fetiche de una sociedad competitiva y globalizada, sin tener en cuenta las verdaderas necesidades de los niños. Los programas educativos se realizan únicamente desde la perspectiva tecnocrática de los adultos, deteriorando la creatividad y la imaginación que podrían ayudarnos a afrontar nuevas soluciones sin miedo al fracaso. Alphabet reflexiona sobre nuestro el sistema educativo para que cada persona pueda llegar a desarrollar todo su potencial al margen de la normatividad académica.
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