En la cosmogonía de los Kalapalo, grupo étnico que vive en el Parque Indígena Xingu, el agua es tan antigua como los humanos y es la fuente de vida. De ahí proviene todo el sustento de los nativos, su comida, su bebida, su baño, su alegría. La idea de usar el agua como vertedero, de envenenar el agua, es distópica. En Tuã Ingugu (Olhos D’Água) el cacique Faremá -de la aldea Caramujo, a orillas del río Kuluene- nos habla del nacimiento del agua y nos advierte de las consecuencias de faltarle el respeto.
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