Oppenheimer (2023)

Tras la mala experiencia con Tenet, el director Christopher Nolan vuelve a encarrilarse, y lo hace, paradójicamente, con un tema que no podía inventar ni fantasear a su antojo. Es una película plagada de estrellas que disfrutan de sus papeles, con un guion brillante y una música excelente. Apenas notarás sus tres horas de duración, pues Nolan consigue atraparte con cada escena. Sin embargo, hay un ocasional patetismo brutal que el director no consigue evitar de vez en cuando. También la cinta juega con la condena moral de la fabricación y el uso de la bomba atómica sobre población civil, pero en el fondo solo está simulando, ya que subyace la idea de que, en última instancia, estaban salvando otras vidas. Además, incluye una escena donde se mencionan las muertes en Japón mientras Oppenheimer mira fotos en una pantalla, pero a nosotros no nos muestran esas imágenes. Es una lástima, porque se perdió la oportunidad de generar emociones más fuertes y una mayor profundidad. Pese a todo, sigue siendo una película brillante.

 

En términos de técnica, esta es sin duda una película quirúrgicamente precisa y de primer nivel, que ha sido probada en laboratorio para garantizar que no hay nada extra en ella y que no te aburrirás ni por un segundo. Oppenheimer es una maravillosa experiencia audiovisual, pero está un poco empañada por sus propias ambiciones. La película es tan increíblemente apresurada con toda la acción e información que es físicamente imposible sumergirse en las situaciones individuales, sus emociones y atmósfera. Es precisamente por este ritmo y la rápida alternancia de planos cortos que el 50% de la película me parece un montaje de la vida de Oppenheimer, más que una película. Lástima, porque el otro 50% es absolutamente excelente. Cuando la película disminuye su velocidad y se toma un momento para profundizar en situaciones y acontecimientos, me río felizmente y vivo todo al máximo. Si fuera mejor filtrar lo que es y lo que no es esencial para esta historia y los temas que Nolan principalmente quiere discutir, y así las escenas importantes tuvieran más espacio para respirar, entonces esta sería la película del año para mí. Pero aún así es una película excelente que nadie debería perderse.

 

El director Christopher Nolan ofrece una poderosa película biográfica que muestra el lado oscuro de la naturaleza humana. Es como una mezcla de tristeza y miedo. Leí que Christopher Nolan dijo que tenía un poco de temática de terror y cuando vi la película me di cuenta de lo que quería decir, muy pocas películas te pueden generar esa sensación. Nolan demuestra una vez más que es un hábil artesano del cine. Es una clase audiovisual. Cillian Murphy prácticamente se ha asegurado una nominación al Oscar al Mejor Actor. La banda sonora, el sonido y la edición también son magistrales y crean una experiencia cinematográfica como ninguna otra.

 

Un gran evento cinematográfico que seguramente pasará a la historia. Nadie esperaba una biografía corriente de Nolan, y es cierto que puede contar muy bien una historia bastante compleja y conseguir tensión incluso en escenas en las que no me lo esperaba -algunos diálogos son realmente impresionantes. El mensaje de la película se te mete debajo de la piel y resonará mucho después de que salgas del cine. Un pequeño inconveniente es el ritmo frenético, por lo que es realmente necesario estar alerta todo el tiempo, pero, de nuevo, entiendo que no mucha gente vendría al cine para ver una película de cuatro horas.

 

La película es una joya completa. Todo sobre el desarrollo y uso de la bomba atómica es absolutamente fascinante. El problema se produce cuando la película está llegando a su fin y sólo se trata de política. Hay un montón de buenos actores, Cillian Murphy, Matt Damon, Robert Downey Jr. y muchos otros. Definitivamente podría haber sido más corta. Aún así, es una experiencia increíble que definitivamente vale la pena ver en el cine. Aprenderás mucho. La música es absolutamente cautivadora.

 

La película es audiovisualmente imaginativa y cautivadora. Nolan juega con las líneas argumentales individuales, pero también con los géneros, por lo que después de una biografía concebida más audaz, Oppenheimer a veces se convierte en una película de Terror, en otros momentos en un drama psicológico y un thriller. Sin duda, me hubiera gustado que insistiera más en la responsabilidad de los científicos e incluso profundizara más en el personaje principal, pero estas son solo cosas pequeñas. Oppenheimer me mantuvo entretenido durante tres horas, ya sea que Nolan jugara con la fotografía, el sonido, el ritmo y los géneros, o que se apegara a las técnicas de narración más tradicionales y simplemente las animara significativamente con su dominio audiovisual.